La Sala A3 PUCV (Aula de Aprendizaje Activo) está diseñada para promover actividades de aprendizaje que fomentan la indagación y la colaboración entre pares, en donde el protagonista del proceso de enseñanza y aprendizaje es el estudiante. Este espacio posee estaciones, las cuales cuentan con una gran mesa redonda que da lugar a nueve estudiantes. Cada mesa es compatible con tres ordenadores portátiles, con tecnología que los conecta a un sistema de proyección de pantalla y tres micrófonos. Hay una estación de enseñanza centrada que permite al docente seleccionar información específica que se puede proyectar.
Haciendo un análisis entre la importancia del aprendizaje activo, la distribución y los recursos tecnológicos que tiene la sala, se aprecia el potencial que posee al promover espacios donde los aprendizajes se vuelvan significativos. Los estudiantes, por ende, mantienen un rol protagónico en el proceso de enseñanza y aprendizaje.
Se entiende por aprendizaje colaborativo como el trabajo realizado por parejas o grupos reducidos de estudiantes para la obtención de objetivos de aprendizaje compartidos, a partir de la creación de un producto o resolución de un problema presentado por el profesor.
Para el éxito de este modelo es necesario que el profesor enseñe a sus estudiantes a trabajar colaborativamente, evidenciado las habilidades necesarias para el éxito del curso. Estableciendo estos parámetros antes que comience el trabajo grupal, es posible reducir la tensión, ansiedad y disconformidad de estudiantes reacios a participar en este tipo de actividades.
Para evaluar este tipo de actividades, es necesario considerar tanto los esfuerzos individuales y grupales en el desarrollo del objetivo o meta.